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La entrada de Dodger Stadium se ha convertido en un altar improvisado en honor a Fernando Valenzuela, exlanzador legendario de los Dodgers de Los Ángeles en los años ochentas y que falleció este martes a la edad de 63 años.
Aficionados, desde que se conoció la noticia de la muerte de Valenzuela, se reunieron por la noche del martes para llevarle fotos, banderas de México, flores, burritos de harina, chamarras, gorras, palos de golf, veladoras y muchas cosas más. El miércoles continuó el desfile de obsequios al altar del ‘Toro’.
Valenzuela fue uno de los jugadores más simbólicos en la historia de las Grandes Ligas con una zurda dominante que le dio un Cy Young así como el premio al Novato del Año en una misma temporada, 1981.
La sonorense Julia Méndez, de North Hollywood pero nacida en San Luis Río Colorado dijo que había que aceptar lo sucedido pues “todos tenemos que ir algún día”.
En su honor, le llevó un burrito sonorense con el mensaje: “Para Fernando, con todo mi amor”.
“Él al igual que yo éramos sonorenses. Él jugaba con piedritas, así como yo crecí. No había pelotas. Era un hombre humilde, hermoso. Miren hasta dónde llegó. Fue tan grande”, explicó Méndez para luego colocar el burrito de nopales con huevo revuelto cerca de las veladoras.
“Como jugador era excelente, pero como persona era mejor. Como él era bueno, él atraía todo lo bueno porque lo ayudaron todos”, expresó Méndez, de 70 años de edad, quien vino en 2023 al juego cuando los Dodgers retiraron su número 34.
Valenzuela después de su retiro, trabajó como comentarista de color por más de dos décadas y anunció en septiembre pasado que se iba a retirar de las transmisiones para atender su salud. Los Dodgers aún no han informado sobre la causa de la muerte de Valenzuela y sus mismos colegas reconocen que fue una persona muy reservada que no le gustaba platicar de sus enfermedades.
Rodolfo Navarro, de Ontario, llegó al altar improvisado de la Vin Scully Avenue con una camiseta autografiada de Valenzuela en su dorsal. Navarro cuando escuchó la noticia de la muerte de su ídolo, no se aguantó las ganas y le trajo unas flores a Valenzuela hasta Dodger Stadium el martes por la noche. El miércoles estaba nuevamente ahí durante el día.
“Estaba disgustado y triste y vine a pedir por él”, expresó Navarro, quien le dio crédito a Valenzuela por toda la afición latina que acude hoy en día a Dodger Stadium.
En su carrera, Valenzuela lanzó 113 juegos completos, a diferencia de lanzadores como Clayton Kershaw, cuya marca es de 25 juegos completos.
“Lo bueno es que los pitchers ahora duran más, no tienen tantos problemas con sus hombros o codos, pero en ese tiempo éramos como más hombres. Muchos de los lanzadores (de esos tiempos) tienen nueve innings”, declaró Navarro. “Jugaban con todo corazón, sangre y fuerza”.
En uno de los juegos de Valenzuela en el 83, Navarro acudió con su papá al estadio y el pitcher pegó un cuadrangular. En total, Valenzuela tuvo 10 jonrones en su carrera. Recientemente, Navarro consiguió que el mexicano le firmara la camiseta en el dorsal. Terminando la Serie Mundial la próxima semana, Navarro dijo que retiraría esa camiseta, pues actualmente la lleva a todos los estadios.
“Lo más triste es que Diosito se lo llevó a dos semanas de su cumpleaños y a una semana de ver ganar a los Dodgers a los Yanquis. Es lo que me da tristeza”, expresó Navarro sobre el 1 de noviembre, fecha de nacimiento del ídolo mexicano.
Al poco rato, llegó una camioneta pintada de azul y con varias imágenes de Valenzuela. José Acosta, de padre sonorense y madre sinaloense, estaba arriba del auto junto a su hermano, Manny. José seguía a Valenzuela desde los ochenta, cuando estaba en la preparatoria.
“Recuerdo lo que Fernando hizo por nosotros y ahorita le estamos regresando lo mucho de lo que él nos dio. Fue un gran hombre y eso fue muy fácil para él, porque él nunca se sacrificó para ser el gran hombre que fue, fue natural”, declaró José, quien destacó el estilo de pitcheo del ‘Toro’.
“Vino de la pobreza a la riqueza. Él era muy humilde. Subió a los Latinos. La Fernandomania hizo que el estadounidense, que el güero, le tenga respeto y quisiera mucho al mexicano”, indicó Acosta, cuya preocupación por la salud de Valenzuela llegó cuando lo vio muy delgado en la televisión. No obstante, lo que nunca cambió, de acuerdo a José.
“Nunca se vio una sola mancha de él y no hay que mencionar nombres, pero usted sabe que hay varios pitchers que se metieron en problemas. Cuando les pega el éxito, a algunos no lo saben controlar. Fernando lo supo controlar”, dijo Acosta, de 60 años.